Sin dudas uno de los lugares mas emblemáticos de Juárez es un pequeño bar en el centro llamado Kentucky. Para cualquier visitante puede pasar inadvertido el local entre tantos otros similares, pero el rasgo distintivo y que lo hace especial es ser el lugar donde se inventó el famoso cocktail “margarita”.
El bar se creo en 1920 en la época de oro de Juárez, cuando esta ciudad se convirtió en un famosisimo centro nocturno en el norte de México y principalmente era frecuentado por estadounidenses que cruzaban la frontera en busca de alcohol y diversión que no tenían en su país ya que en aquel entonces en Estados Unidos fue sancionada la ley seca que prohibió la venta de bebidas alcohólicas.
La barra del bar pertenecía a un barco europeo y fue trasladada a Juárez e instalada en el Kentucky donde todavía se conserva después de mas de 90 años. Además la caja que se usaba en el Kentucky en sus comienzos aún se encuentra en el bar y fue fabricada en la época de la revolución industrial a principios del siglo XIX.
Debajo de la barra en la parte de en frente llama la atención un pequeño canal con azulejos, se dice que allí orinaban los clientes para no tener que ir al baño, la entrada a mujeres estaba prohibida en aquellos tiempos, y cerca de la barra se habían puesto plantas llamadas “gobernadoras” que eran aromáticas y que hacían que no se sienta tanto el olor de los pequeños canales.
El bar fue visitado por muchas personalidades como Elizabeth Taylor, Jim Morrison, John Wayne, Steve Mc Queen, otros como Marilyn Monroe o Al Capone aún no se sabe feacientemente si acudieron al lugar o si estuvieron en Juárez, sobre el legendario mafioso si se sabe que tenía negocios tanto en la ciudad como en El Paso.
Para aquellos que visiten Juárez el Kentucky es un imperdible, actualmente sigue siendo lo que fue en toda su historia un lugar de encuentro, para divertirse, para mirar partidos de fútbol o boxeo. Los fines de semana suele ir mucha gente de Estados Unidos y los días de semana también es muy visitado por la gente de Juárez.
Da gusto pasar un rato agradable acodado en su barra, charlando con los meseros y admirando la historia que se percibe en el aire, en cada rincón del bar y sobre todo en sus paredes repletas de fotos y de recortes de diarios con noticias interesantes.
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